miércoles, 10 de febrero de 2016

La teoría del Psicoanálisis de Sigmund Freud




Consciente, preconsciente, inconsciente y reprimido




Ello, SuperEgo y Yo

Freud define la represión como un mecanismo que consiste en rechazar y mantener alejados de la consciencia elementos que son dolorosos o inaceptables para el yo (generalmente de contenido sexual). Se origina en el conflicto psíquico por el enfrentamiento interno entre un deseo y la prohibición moral. El yo se defiende del dolor que causa la incompatibilidad reprimiendo el deseo.

En los sueños se presenta la condensación. Los elementos de un sueño se unen por medio de la asociación libre. Ejemplo: soñar con una persona que termina convirtiéndose en alguien más.

El desplazamiento consiste en que la importancia de ciertas ideas puede variar hasta el punto de que una imagen parezca importante durante los sueños siendo realmente superflua y viceversa.

El desarrollo libidinal
Epsicoanálisis emplea el término de pulsión (impulso que tiende a la consecución de un fin) para el estudio del comportamiento humano, referente al ello. Se inicia con una excitación corporal (estado de tensión) y culmina con su supresión.

Existen dos pulsiones: sexual o de vida (EROS) y de muerte (THÁNATOS). La líbido es la energía pulsional dirigida a los objetos (libido objetal) o al yo (libido narcisista).

El psicoanálisis establece una serie de fases a través de las cuales se verifica el desarrollo del sujeto. Los  conflictos psíquicos - y su resolución- dependerán del estancamiento de una fase (fijación) o del retorno a una fase precedente (regresión).
Freud distinguió a partir de 1915  "dimensiones" de una pulsión:
Desarrollo sexual infantil

La teoría plantea que conforme crecen los niños su deseo se enfoca en diferentes áreas del cuerpo, en los que se busca la satisfacción libidinal. Los niños pasan del autoerotismo a la sexualidad reproductora y adulta.

Etapa oral (nacimiento a 12 o 18 meses): La boca para satisfacción alimentaria y de chupar.

Etapa anal(12-18 meses a 3 años): Placer con actividades anales. Deseo por convertir una actividad involuntaria en voluntaria (desechos fisiológicos). Retención de heces y gases para expulsarlos bruscamente.

Etapa fálica(3 a 6 años): Caricias masturbatorias con placer autoerótico. Dice que los niños piensan que su falo está o no por castración. Freud menciona a Edipo o complejo de Edipo en el cual primero se da una identificación con la madre en ambos casos. El niño siente deseos sexuales hacia su madre, y al percibir a las niñas como castradas abandona sus deseos por temor a que le ocurra lo mismo, creándose en el varón la angustia de castración que lo lleva a identificarse con su padre. La niña abandona a la madre porque la cree culpable de su castración y surge la envidia del pene. Sin embargo, se da cuenta de que si es como su madre puede acceder a un pene (véase el concepto psicoanalítico de falo), a lo cual reacciona identificándose con ella y aparece el deseo de engendrar un hijo de su padre.

Define la homosexualidad como una parafilia a causa de la interrupción del desarrollo libidinal. La homosexualidad es definida como una parafilia causada por una interrupción del desarrollo libidinal en esta etapa que no permite alcanzar la madurez sexual (heterosexualidad), y puede culminar en paranoia.

Período de latencia(desde los 6 años hasta la pubertad): Fuerzas psíquicas que inhiben el impulso sexual canalizados por la cultura (periodo de calma sexual).

Etapa genital(desde la pubertad hasta la adultez): Al madurar los genitales surgen deseos sexuales agresivos. El impulso sexual con los de sexo opuesto.

Terapia 

Para el psicoanálisis, los conflictos tienen un origen en el inconsciente que no es observable por el paciente. Lo relatado por el paciente constituyen son parte o síntoma del conflicto. El objetivo de la terapia es romper la resistencia para llegar al inconsciente del paciente y curarlo. El psicoanalista utiliza para esto la asociación libre, la transferencia y la interpretación del discurso del paciente, poniendo especial énfasis en los sueños y los lapsus (actos erróneos, descarga del inconsciente).


El método básico de psicoanálisis es la asociación libre. El paciente, en un ambiente a solas, relajado, es invitado a hablar sobre lo que le venga a la mente (sueños, deseos, esperanzas, fantasías, recuerdos). Los sueños aquí conducen al inconsciente ya que el paciente está relajado y sin resistencia, son deseos insatisfechos disfrazados.
Hay dos tipos: sueño manifiesto (narración incoherente) y sueño latente (significado del sueño manifiesto).

 El término asociación libre es libre por no ser selectivo, es decir, el paciente verbaliza lo que le viene a la mente.

Freud afirmó que el individuo cuyas necesidades eróticas no son satisfechas en la realidad orientará sus representaciones libidinosas hacia toda nueva persona que surja en su horizonte, siendo muy probable que las dos porciones de su libido (la consciente y la inconsciente) participen en este proceso. Es por lo tanto perfectamente normal y comprensible que esa carga de libido se oriente también hacia el psicoanalista. Este proceso es lo que en psicoanálisis se denomina transferencia.

La transferencia es cuando el paciente reedita sobre el analista las emociones sentidas durante los sucesos de la infancia, revive conflictos internos y represiones que ayudan al psicoanalista a comprender mejor al paciente. La contratransferencia son las reacciones inconscientes del analista frente a la persona analizada y a la transferencia.