Ello, SuperEgo y Yo
Freud define la represión como un mecanismo que consiste en rechazar y mantener alejados de la consciencia
elementos que son dolorosos o inaceptables para el yo (generalmente de contenido
sexual). Se origina
en el conflicto psíquico por el enfrentamiento interno entre un deseo y la
prohibición moral. El yo se defiende del dolor que causa la incompatibilidad
reprimiendo el deseo.
En los sueños se presenta la condensación.
Los elementos de un sueño se unen por medio de la asociación libre. Ejemplo:
soñar con una persona que termina convirtiéndose en alguien más.
El desplazamiento consiste en que la importancia
de ciertas ideas puede variar hasta el punto de que una imagen parezca
importante durante los sueños siendo realmente superflua y viceversa.
El desarrollo libidinal
El psicoanálisis emplea el término de
pulsión (impulso que tiende a la consecución de un fin) para el estudio del
comportamiento humano, referente al ello. Se inicia con una excitación corporal
(estado de tensión) y culmina con su supresión.
Existen dos pulsiones: sexual o de vida
(EROS) y de muerte (THÁNATOS). La líbido es la energía pulsional dirigida a los
objetos (libido objetal) o al yo (libido narcisista).
El psicoanálisis establece una serie de
fases a través de las cuales se verifica el desarrollo del sujeto. Los conflictos psíquicos - y su resolución-
dependerán del estancamiento de una fase (fijación) o del retorno a una fase
precedente (regresión).
Freud distinguió a partir de 1915 "dimensiones" de una pulsión:
Desarrollo sexual infantil
La teoría plantea que conforme crecen
los niños su deseo se enfoca en diferentes áreas del cuerpo, en los que se
busca la satisfacción libidinal. Los niños pasan del autoerotismo a la
sexualidad reproductora y adulta.
Etapa oral (nacimiento a 12 o 18 meses): La boca para
satisfacción alimentaria y de chupar.
Etapa anal(12-18 meses a 3 años): Placer con
actividades anales. Deseo por convertir una actividad involuntaria en
voluntaria (desechos fisiológicos). Retención de heces y gases para expulsarlos
bruscamente.
Etapa fálica(3 a 6 años): Caricias masturbatorias
con placer autoerótico. Dice que los niños piensan que su falo está o no por
castración. Freud menciona a Edipo o complejo de Edipo en el cual primero
se da una identificación con la madre en ambos casos. El niño siente deseos
sexuales hacia su madre, y al percibir a las niñas como castradas abandona sus
deseos por temor a que le ocurra lo mismo, creándose en el varón la angustia de
castración que lo lleva a identificarse con su padre. La niña abandona a la
madre porque la cree culpable de su castración y surge la envidia del pene. Sin
embargo, se da cuenta de que si es como su madre puede acceder a un pene (véase
el concepto psicoanalítico de falo), a lo cual reacciona identificándose
con ella y aparece el deseo de engendrar un hijo de su padre.
Define la homosexualidad como una
parafilia a causa de la interrupción del desarrollo libidinal. La
homosexualidad es definida como una parafilia causada por una interrupción del
desarrollo libidinal en esta etapa que no permite alcanzar la madurez sexual
(heterosexualidad), y puede culminar en paranoia.
Período de latencia(desde los 6 años hasta la pubertad): Fuerzas
psíquicas que inhiben el impulso sexual canalizados por la cultura (periodo de
calma sexual).
Etapa genital(desde la pubertad hasta la adultez): Al
madurar los genitales surgen deseos sexuales agresivos. El impulso sexual con
los de sexo opuesto.
Terapia
Para el psicoanálisis, los conflictos tienen un origen en el inconsciente que no es observable por el paciente. Lo relatado por el paciente constituyen son parte o síntoma del conflicto. El objetivo de la terapia es romper la resistencia para llegar al inconsciente del paciente y curarlo. El psicoanalista utiliza para esto la asociación libre, la transferencia y la interpretación del discurso del paciente, poniendo especial énfasis en los sueños y los lapsus (actos erróneos, descarga del inconsciente).
El método básico de psicoanálisis es la
asociación libre. El paciente, en un ambiente a solas, relajado, es invitado a
hablar sobre lo que le venga a la mente (sueños, deseos, esperanzas,
fantasías, recuerdos). Los sueños aquí conducen al inconsciente ya que el
paciente está relajado y sin resistencia, son deseos insatisfechos disfrazados.
Hay dos tipos: sueño manifiesto
(narración incoherente) y sueño latente (significado del sueño manifiesto).
El
término asociación libre es libre por no ser selectivo, es
decir, el paciente verbaliza lo que le viene a la mente.
Freud afirmó que el individuo cuyas
necesidades eróticas no son satisfechas en la realidad orientará sus
representaciones libidinosas hacia toda nueva persona que surja en su
horizonte, siendo muy probable que las dos porciones de su libido (la
consciente y la inconsciente) participen en este proceso. Es por lo tanto
perfectamente normal y comprensible que esa carga de libido se oriente también
hacia el psicoanalista. Este proceso es lo que en psicoanálisis se denomina
transferencia.
La transferencia es cuando el paciente
reedita sobre el analista las emociones sentidas durante los sucesos de la
infancia, revive conflictos internos y represiones que ayudan al psicoanalista
a comprender mejor al paciente. La contratransferencia son las reacciones
inconscientes del analista frente a la persona analizada y a la transferencia.
¿Cuál es el principal postulado del psicoanálisis?
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